Hastío

Galope rudo, el del alma cansada que vaga por doquier sin rumbo fijo ni patria de partida. Bosques densos, lagos fríos, niebla intensa, susurros y chillidos. Un bagaje que le envuelve con rutina en busca de un tormento que aplacar, de un amor que conquistar, de un duelo que batir, de un honor que restituir. Y allí, en el anochecer de una jornada cualquiera, se detiene y observa el reflejo que siempre le acompaña pero nunca ve. Un siglo oscuro, el de caballeros y damas. Un pasado heroico y poco estridente. Una mezcla de ensueño y hastío.