–¿Y si la prisión
tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que
hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era
otra cosa sino la sombra que veían pasar?
–No, ¡por Zeus! –dijo.
–Entonces no hay duda –dije
yo– de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras
de los objetos fabricados.
“El
mito de la caverna”, Platón, República, VII, 514 a.C–521 d.C
Me encanta, la sombra es un aspecto muy inquietante!!
ResponderEliminarGracias Belén
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